sábado, 22 de enero de 2011

Sin patria pero con amos



Desde hace algunos días tuve la idea de escribir sobre algunos asilados políticos radicados en el extranjero que reniegan sobre su estatus, ya que ellos al salir de Cuba se juraron no regresar jamás hasta ver su patria libre, más en su interior éste jamás se transformó al recibir el documento que los acredita como “Refugiados políticos”. Es algo un poco pernicioso hablar sobre esto, porque estos señores(as) son cubanos que se afiliaron a los diferentes partidos opositores para buscar una vía de escape hacia tierras de libertad, y luego de lograr sus objetivos dada la activa participación dentro de la isla, se ven enajenados por el deseo de regresar para mostrarse a ellos mismos como triunfadores ante sus familiares y amigos que siguen padeciendo los escarnios y la desolación del gobierno “revolucionario”, estos que en sus días de activísmo contra el gobierno cubano fueron denigrados socialmente, ahora se realzan con el título de emigrantes apolíticos para no dejar de ser lo que siempre han sido, corderos obedientes que tuvieron un día una falsa lucidez con el fin de lograr sus propósitos, propio de quienes son capaces de traicionar la causa por la que supuestamente nos hicieron creer que luchaban, renegando y ocultando ante las autoridades acreditadas en las diferentes embajadas su anterior conducta.

Esto es algo que no debemos callar, porque estos señores(as) son los que desacreditan a los verdaderos luchadores por nuestros derechos, estos señores(as) prefieren seguir viendo nuestra patria esclavizada antes que ver a sus hermanos con igualdad de derechos, estos señores(as) prefieren ser humillados por las autoridades consulares y aduaneras, antes que ver a sus familiares y amigos con el mismo poder adquisitivo, estos señores(as) que ayer dejaron la tierra que los vio nacer por problemas meramente económicos y no políticos, son a mi entender, ese hombre nuevo del que tanto se habló, de conductas reprochables y faltos de sentido común, en fin son una verdadera deshonra para los que en su día depositaron sus esperanzas en ellos.