domingo, 18 de diciembre de 2011

Para una Cuba democrática sin injerencia





Muchos se cuestionaran el título de este artículo, pero la razón que me instó para escribir, fue en lo concerniente a esa supuesta democracia que muchos desde el exilio estamos exigiendo para la Cuba que dejamos en la distancia, y que hoy con nuestra injerencia queremos construir; se que habrán supuestos radicales y pacíficos luchadores anti-castristas que al escuchar, o en este caso leer la palabra injerencia, se cuestionaran sobre si el que escribe es uno de esos tantos agentes de la DSE que pululan en el exilio, ya que para quien haya vivido una gran parte de su vida en la Cuba que nació a partir del 1ro de Enero de 1959 debe saber, que ésta palabra ha sido utilizada por el dictador Fidel Castro en sus innumerables discursos para referirse particularmente al gobierno norteamericano como potencia injerencista, y de ahí parte la simbiosis que debe de existir entre quienes empleen esta palabra con un supuesto agente de la policía política y represiva del régimen castrista, aclarado este punto, me remito a los hechos.


Es del conocimiento de los que nos interesamos por el acontecer diario a nivel tanto nacional (dentro de Cuba) cómo internacional, sobre la política que llevan contra la dictadura castrista, los diferentes Blogs, sitios Web y grupos en Facebook, en los cuales me incluyo, y en especial los congresistas cubano-americanos dentro de los propios Estados Unidos, sobre lo propuesto por el representante republicano Mario Diaz-Balart que trata sobre un proyecto de ley que insta al propio gobierno estado-unidense a limitar los viajes y envío de remesas hacia Cuba.

En mi opinión particular creo que, quienes deben de formular dicho proyecto, es la disidencia interna cubana, digo esto porque quienes están siendo reprimidos, encarcelados, detenidos, injuriados, maltratados, censurados y violentados sus derechos, no son precisamente los congresistas cubano-americanos; en lo que si deberían de enfocarse, es en elaborar un proyecto que fortalezca las medidas y limitaciones contra aquellos cubanos que residen dentro de los Estados Unidos, en cuanto al verdadero motivo de su salida, porque es bien sabido que nadie los obligó a salir de Cuba, ellos se hicieron a la mar, muchos tuvieron suerte con el sorteo y otros tomaron el camino de la disidencia para lograr su propósito, que a pesar de la represión y la falta de futuro dentro de Cuba, no fueron obligados a tomar estas decisiones, estas fueron tomadas por voluntad propia, o sea, que no fue una disposición del régimen, y por ello deben de asumir con entereza lo que sea dispuesto por el gobierno que les abrió las puertas hacia la verdadera libertad y democracia.




Primeramente la oposición cubana debe estar de acuerdo en su gran mayoría para que se lleve ante el congreso estado-unidense este proyecto de ley, siempre y cuando dicho proyecto sea minuciosamente elaborado por nuestros opositores, revisado, dado a conocer a toda la oposición para luego ser aprobado por su gran mayoría, y posteriormente sea enviado a los congresistas, de esa forma estaremos contribuyendo al desarrollo de la democracia y la auto-determinación para una nueva Cuba pluripartidista.

Todos los que vivimos inmersos en esta lucha por ver a una Cuba libre y democrática, sabemos que gran parte del dinero recaudado por el régimen cubano que proviene de los viajes y el envío de remesas, es utilizado para financiar campañas que tratan de desvirtuar la verdadera realidad que viven los cubanos, tanto dentro como fuera de la isla, así como para sufragar los gastos que causan los actos de repudio, las golpizas a las Damas de Blanco y opositores pacíficos, y de igual forma para mantener a esa gran red de espías que tienen por todo el mundo; sin dejar de mencionar la fastuosa campaña para que sean liberados los otrora cinco, y ahora cuatro, convictos y confesos espías, cómplices de asesinato y espionaje, condenados por estos actos en suelo norteamericano.

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